lunes, 8 de agosto de 2016

Leyenda Urbana: "¿Aprobada?"

Aviso: esta leyenda urbana puede tener variaciones según la zona geográfica, si conoces otra versión compártela en los comentarios.

Elena es una chica normal de 15 años y le gusta hacer cosas propias de adolescentes de su edad: pasar tiempo con los amigos, hacer deporte, leer...

¿Y como le va el instituto? Pues bien, Elena es una alumna modelo, saca buenas notas gracias a su esfuerzo y eso a su padre le hace sentir orgulloso.

¿Quien es su padre? su padre es un famoso empresario, que pensando en el futuro de su hija la mandó a estudiar a un internado de gran renombre.



Todo parecía perfecto, pero pronto las cosas tomarían un giro inesperado. En el internado a Elena las cosas no le iban muy bien que digamos, los materias eran muy duras y conseguía aprobarlas casi siempre por los pelos.

¿Qué estaba pasando? El problema eran los cambios en la vida de Elena: un sitio nuevo, profesores nuevos, gente nueva... esto a Elena le creaba un gran estrés.

Tan mal iba la cosa en una de sus materias que la tuvo que jugar a un solo examen para sacar las asignatura y encima era de recuperación, no podía fallar. El examen constaba de 4 ejercicios, 3 normales y una más difícil que prácticamente decidía el aprobado.

Elena casi no había dormido aquella noche, en el desayuno casi no había probado bocado. Horas antes del examen se la veía por los pasillos memorizando fórmulas y definiciones para el examen. El momento había llegado era un todo o nada. ¡Suerte Elena!

Elena salió del examen con buen sabor de boca, no había ido tan mal. "Al menos me aseguro el 5" pensó mientras iba tranquilamente a su cuarto. Aquella misma tarde dieron los resultados. El examen estaba bocabajo en su pupitre.

¿Qué pasó?¿Aprobó? Elena le dio la vuelta a su examen, vamos a ver: el 1 está bien, el 2 a medias, el 3 perfecto, veamos el 4... No podía ser, el ejercicio cuatro era un completo caos de tachones y notas puestas en rojo por el profesor. No había aprobado.

¿Qué iba  a decir su padre? Elena sentía vergüenza, no sabía que hacer. Solo se le ocurrió una cosa.

Sacó de su estuche 2 lápices bien afilados y se los metió en la nariz, acto seguido se agarró al pupitre, respiró profundamente y propinó un cabezazo en el pupitre.



La historia se hizo famosa en todos los institutos. Lo irónico del asunto es que el examen se volvió a resisar y adivinad, si, Elena había aprobado.

Nota: No comprometas tu salud por logros académicos, esfuérzate y recibirás recompensas por ello. Mucha suerte a los que tienen exámenes cerca y no seáis como Elena.


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